Las Necesidades. ¿Se crean o se descubren?

Por Juan C Lobo

El éxito en las ventas, ya sea en el ámbito B2C (Business to Consumer) o B2B (Business to Business), radica en la habilidad para comprender y satisfacer las necesidades del cliente. Sin embargo, una pregunta clave para vendedores de ambos entornos es: ¿las necesidades del cliente se crean o se descubren? Esta cuestión afecta la estrategia comercial, la ética y la sostenibilidad de las relaciones a largo plazo entre vendedor y cliente. En este escrito, reflexionaremos sobre si un buen vendedor es aquel con la capacidad para crear necesidades, si es posible vender algo que el cliente no necesita, y las implicaciones de hacerlo tanto en el contexto B2C como B2B.

¿Se crean o se descubren las necesidades en el B2C y B2B?

Las necesidades pueden considerarse inherentes y preexistentes tanto en consumidores individuales como en empresas. En el caso del B2C, las personas tienen necesidades básicas como alimentación, vestimenta y salud, y el rol del vendedor es descubrir cómo sus productos o servicios pueden satisfacer esas necesidades. Por ejemplo, un vendedor de seguros de salud no crea la necesidad de protección médica, sino que ayuda al cliente a reconocerla y a abordarla adecuadamente.

En el contexto B2B, las necesidades también son preexistentes, pero son más complejas y pueden estar relacionadas con la eficiencia, la reducción de costos, la mejora de procesos o la innovación. Una empresa puede necesitar un sistema de gestión de inventario para optimizar sus operaciones, o servicios logísticos para mejorar la distribución de sus productos. Aquí, el vendedor B2B actúa como un asesor que descubre los puntos de dolor en las operaciones de la empresa y presenta soluciones estratégicas para resolverlos.

No obstante, tanto en el B2C como en el B2B, el vendedor también puede influir en la percepción de las necesidades al resaltar problemas u oportunidades que el cliente no había considerado antes. Por ejemplo, un proveedor de tecnología puede hacer que una empresa vea los beneficios de digitalizar procesos que antes no consideraba. No está creando una necesidad de digitalización, sino revelando su potencial impacto en la eficiencia de la empresa.

¿Un buen vendedor es aquel con la capacidad de crear necesidades?

El debate sobre si un buen vendedor es aquel que puede crear necesidades tiene implicaciones importantes. En el contexto B2C, los consumidores pueden no ser conscientes de algunas de sus necesidades hasta que se les presentan soluciones innovadoras. Por ejemplo, antes de la llegada de los smartphones, las personas no sentían la necesidad de tener acceso instantáneo a internet o redes sociales en sus teléfonos. La tecnología no creó esa necesidad, sino que la identificó y la desarrolló.

En el entorno B2B, la dinámica es más estructurada. Un buen vendedor B2B no crea necesidades de la nada, sino que puede ayudar a una empresa a identificar mejoras o áreas de oportunidad dentro de sus operaciones. Por ejemplo, un consultor de eficiencia operativa puede identificar cuellos de botella en la producción de una fábrica y ofrecer soluciones que la empresa no había considerado antes. En este caso, el vendedor no está creando una necesidad artificial, sino descubriendo áreas de mejora dentro de las necesidades operacionales preexistentes.

El riesgo de intentar crear necesidades que no son reales es mayor en B2B, donde las decisiones de compra son mucho más calculadas y estratégicas que en B2C. Un comprador B2B realiza estudios detallados y suele basar sus decisiones en análisis de costos y beneficios. Intentar vender algo que no es necesario para una empresa puede llevar a la desconfianza y a la pérdida de la relación comercial.

¿Es posible vender algo que el cliente no necesita?

En ambos entornos B2C y B2B, es posible vender productos o servicios que el cliente no necesita, pero esto a menudo tiene consecuencias negativas. En B2C, los consumidores a veces compran productos impulsados por deseos en lugar de necesidades. Por ejemplo, una persona puede comprar un dispositivo tecnológico de última generación, no porque lo necesite para su vida diaria, sino porque desea estar a la vanguardia o sentirse identificado con una tendencia. Sin embargo, si el consumidor siente que ha sido manipulado para comprar algo innecesario, puede experimentar arrepentimiento y desconfianza hacia el vendedor o la marca.

En el ámbito B2B, vender algo que no resuelve una necesidad real puede generar problemas más serios. Las empresas, al contrario que los consumidores, basan sus decisiones de compra en análisis exhaustivos, como retorno de inversión, eficiencia operativa y alineación con sus objetivos estratégicos. Si una empresa adquiere un servicio o producto innecesario, puede sufrir pérdidas financieras o, peor aún, dañar sus operaciones. Un ejemplo es una empresa de manufactura que compra un sistema de automatización que no se ajusta a sus procesos, lo que termina por generar más problemas que soluciones.

Consecuencias de vender productos no necesarios en relaciones a largo plazo

Tanto en B2C como en B2B, vender productos innecesarios puede tener graves repercusiones a largo plazo. En B2C, el cliente puede sentirse engañado, lo que afecta la confianza en el vendedor y en la marca, reduciendo la posibilidad de repetición de venta, venta cruzada o recomendaciones a otros compradores. La relación comercial en B2C está, en gran medida, basada en la satisfacción y lealtad del cliente, por lo que las decisiones a corto plazo enfocadas en maximizar ganancias a costa de la honestidad pueden ser perjudiciales.

En el entorno B2B, las relaciones comerciales son críticas para el éxito sostenido de ambas partes. Un mal negocio o una compra innecesaria no solo afecta la relación inmediata, sino que también puede dañar la reputación del vendedor en toda la industria. La confianza es esencial en el B2B, y una vez que se pierde, es difícil recuperarla. Por ejemplo, una empresa que adquiere una solución de software que no resuelve sus problemas operativos puede optar por no trabajar nuevamente con el proveedor, y lo más probable es que comparta esta experiencia negativa con otras empresas de su red.

¿Mis productos crean necesidades o satisfacen necesidades ya creadas?

La mayoría de los productos y servicios exitosos, tanto en B2C como en B2B, se desarrollan para satisfacer necesidades preexistentes. Un producto innovador puede evolucionar esas necesidades, pero rara vez las crea completamente. En B2B, por ejemplo, la necesidad de eficiencia es constante, pero las soluciones tecnológicas para mejorar esa eficiencia evolucionan. Un software de gestión empresarial no crea la necesidad de optimizar procesos, pero puede ofrecer una manera novedosa y más eficiente de hacerlo.

En B2C, los productos que generan un deseo (como la moda o la tecnología de vanguardia) pueden evolucionar la percepción de necesidad en los consumidores, pero siempre se basan en deseos o necesidades preexistentes. Un ejemplo de esto es el crecimiento de la industria de alimentos orgánicos: los consumidores siempre han tenido la necesidad de alimentarse, pero los productos orgánicos atienden un deseo cada vez mayor de bienestar y salud.

Diferencia entre necesidad y deseo

Es fundamental entender la distinción entre una necesidad y un deseo. En B2C, una necesidad es algo indispensable para el bienestar del consumidor (como alimentos o medicinas), mientras que un deseo es algo que mejora su vida pero no es estrictamente necesario. En el contexto B2B, una necesidad puede ser un requerimiento operativo fundamental para que la empresa funcione (como materias primas o servicios logísticos), mientras que un deseo puede ser un software de gestión avanzado que mejora la eficiencia, pero que no es crucial para la operación diaria.

Tanto en B2C como en B2B, los vendedores deben ser conscientes de esta diferencia y actuar con integridad, ofreciendo soluciones que satisfagan necesidades reales y alineadas con los objetivos del cliente.

Conclusión y recomendaciones

Tanto en B2C como en B2B, un buen vendedor es aquel que sabe descubrir y satisfacer las necesidades de sus clientes de manera honesta y estratégica. Intentar «crear» necesidades que no existen, o vender productos innecesarios, puede generar desconfianza y afectar las relaciones comerciales a largo plazo. La clave para el éxito en ventas, en cualquier contexto, es construir relaciones basadas en la confianza, la transparencia y el valor real.

Recomendaciones clave para vendedores B2C y B2B:

  1. Escuchar activamente: En ambos contextos, es fundamental entender las verdaderas necesidades del cliente.
  2. Ofrecer soluciones personalizadas: Ajustar la propuesta de valor según las necesidades identificadas.
  3. Mantener la integridad: Evitar vender productos que no añadan valor real al cliente.
  4. Fomentar relaciones a largo plazo: En B2B, la confianza y la colaboración son cruciales; en B2C, la satisfacción del cliente es la base de la lealtad.

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