Por Juan C Lobo
En un mundo donde la mediocridad es fácil de encontrar, como vendedor, me comprometo a alcanzar las máximas alturas, a desafiar los límites y a superar constantemente mis propias expectativas.
Soy consciente de que el éxito no se alcanza mediante el conformismo, sino a través de la determinación, la pasión y un compromiso inquebrantable con la excelencia. Independientemente de la competencia que enfrente o de las circunstancias económicas y políticas que rodeen al mercado, estoy aquí para marcar la diferencia, para hacer que las cosas sucedan y para alcanzar las metas sin importar los obstáculos.
Como vendedor, acepto el desafío de superarme cada día, de ir más allá de lo que se espera de mí y de ser la fuerza que impulsa el éxito, sin importar los obstáculos que haya que enfrentar.
Reconozco que mi dedicación y mi pasión son los motores que me llevarán a alcanzar la excelencia, incluso cuando las circunstancias sean difíciles.
Me niego a conformarme con la mediocridad. Cada interacción con un cliente será una oportunidad para sorprenderlo, para marcar la diferencia y para dejar una impresión duradera.
Entiendo que el camino hacia la grandeza puede ser desafiante, pero estoy listo para enfrentarlo con determinación y valentía. Cada obstáculo es una oportunidad para crecer, para aprender y para demostrar de lo que soy capaz.
Con humildad y determinación, avanzo hacia un futuro lleno de posibilidades ilimitadas, sé que mi éxito beneficia a mi empresa, a mí mismo, a aquellos que me rodean y a la sociedad en general. Por eso, me esfuerzo por inspirar a otros con mi ejemplo y dejar un legado de excelencia y de logros personales y profesionales.
¡Yo soy el arquitecto de mi propio destino, y estoy decidido a construirlo!
